Cuasimodo

El domingo a las 9 am sonaron las campanas y salimos corriendo con mi madre a ver qué sucedía.

Más de 20 huasos a caballo estaban emperifollados, con las cabezas enfundadas en paños de seda, con banderas y cruces en las manos esperando que la campanada oficial diera el vamos a la fiesta de Cuasimodo.

La tradición cuenta que al segundo domingo santo los curas iban a darle el sacramento a los enfermos en el campo, que por lo dificil de los accesos o la lejanía de la capilla, no asistían a la misa oficial de Resurrección. Pero como no faltan los vivos, al ver que los curas sacaban su Cáliz de oro, salían los bandidos a robarles. Entonces la gente del pueblo decidió acompañarlos y así se armó este ejército santo de hombres a caballos que preceden la carreta de los curas y también uno más moderno, que se aplica en bici cuidando la retaguardia.

Mientras que los que ya fueron a la misa o somos recién llegados al pueblo, asomados en la puerta les decimos chao con la mano... Vivo en el campo vivo.

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