De cómo llegó una Madre Coraje al teatro.

La señora María Alicia vive en el sitio 3 de la manzana 34 de la población Los Guindos de Los Ángeles. Tiene como 48 años, pero se ve como de 58, sucia, chascona, pobre y los ojos se le llenan de agua cuando habla.

Llegó al teatro buscando a alguien que trabajara en el teatro, y se encontró conmigo.

Señorita, ¿usted trabaja en teatro?
Es que yo quiero pedirle ayuda.
Sabe que yo he ido a la municipalidad, a hablar con la asistente social, he ido a la radio, a la tele, al diario y en ninguna parte me toman en cuenta porque dicen que yo no tengo higiene, y yo, lo único que quiero señorita, es que no me quiten a mis hijos.

Me quieren quitar a mis hijos señorita, a esos dos más chicos, y a ella se la quieren entregar a un hombre malo señorita, que abusaba de mí. Dígame, ¿cómo yo voy a permitir que me quiten a mi hijita, que tiene 4 años, y se la entreguen a un  hombre que abusaba de mi? ¿Como eso va a ser lo mejor, señorita? Yo estoy desesperada, no quiero que me separen de mis hijos....

Me dicen que es por la higiene, pero yo señorita, puede que no sea higiénica, pero los crío con amor.
Y nadie les va a dar el amor que yo les doy...
En la casa no les falta nada. Y yo cuelgo mi ropa al sol.
No soy una mala mujer, señorita, pero me quieren quitar a mis hijitos y ya no puedo defenderme ni hacer nada...Y nadie me escucha señorita, y ese hombre es un violador.

Por eso vine para acá.
Cuando los niños me preguntan qué es el teatro mamá, yo les digo que ahi, en el escenario, la gente representa los problemas del día a día, y cuando uno los ve, uno se reconoce y se da cuenta de que está haciendo las cosas mal, y cambia.
Y yo quiero señorita, que cuenten ahi mi historia, pa que todo estos desgraciados que no me han ayudado, que me han cerrado la puerta en la cara, que me están separando de mi familia señorita, que quieren que mis hijos se vayan con gente mala, vean que están haciendo algo equivocado y se den cuenta del daño que nos están haciendo...

Yo no quiero perder a mis hijos señorita, no quiero entregarlos. Ni ellos quieren irse!
Yo su mamá...