#YOVOTOENLASMUNICIPALES




El domingo 28 de octubre se celebran las primeras elecciones municipales que tienen como padrón electoral a todos los chilenos inscritos. 
Alcaldes y concejales han inundado las calles con sus horribles y photoshopeados rostros, en lo que considero la peor forma de difundir a un candidato, tratando de conseguir además de los votos, que la gente  asista al evento cívico, ya que esta vez el voto es voluntario.
No entiendo porqué a más de 20 años del regreso a la democracia, ese espacio de 1 mes de campaña se sigue haciendo de la manera tradicional, con palomitas llenas de viejos pelados que dan la cara por una única vez y que actualmente ni siquera incluyen el logo de su partido.
Entre las cosas inéditas de este año, además de las primarias de Providencia, está el hecho de que estas elecciones sentarán el precedente de cómo se vendrán las presidenciales. Con este nuevo padrón, este descontento social y rechazo a la clase política, el tema es: cuántos votaremos.
Yo vivo en Providencia y aquí hay una contienda interesante, que ciertamente me motiva ir a votar.
Sin embargo, como en la mayoría de las comunas, la contienda entre alcaldes es la más fuerte y de los concejales poco se sabe...
Los concejales integran el comité asesor de un alcalde, y a mi juicio deberían ser ciudadanos  que representen las diferentes miradas sociales que conviven en una comunidad.
Es por eso, por la innovación y la mirada que representa, que les comparto el gingle del candidato radical a concejal por Ñuñoa, porque pide ARTE, ESPACIO y RESPETO. 

El sin sentido común chileno


Un hombre asesina a su mujer, le dispara en su casa y se arrepiente.
Va a la comisaría más cercana, lleva el arma homicida y decide entregarse.
Buenas noches, acabo de matar a mi mujer. Está en mi casa y ésta es el arma homicida. Vengo a entregarme.
Carabineros de Chile toma sus datos, revisan en su computadora y lo dejan en libertad.
Usted no tiene ninguna denuncia en su contra, señor. No podemos efectuar ningún tipo de procedimiento...
El asesino, incrédulo, insiste. Pero carabineros insiste en su postura. Y ellos son la autoridad.

En otro lugar y a otra hora, un hombre llega al servicio de urgencia de un  hospital con nombre de sandwich.
Tiene enterrado en el pecho un cuchillo enorme. La herida sangra, pero sabe que mientras el cuchillo esté ahi, no morirá. O al menos eso cree en su delirio.
Deme su nombre, le dice la enfermera de turno. Deme su rut. Indíqueme por favor su dirección. Su fecha de nacimiento. Usted no tiene Fonasa. No tiene previsión, no tiene ficha.  Deme su rut otra vez. No puedo ingresarlo. Es que no tiene ficha. ¿Esta es una interconsulta? No lo pueden atender si no lo tengo en el sistema.  Es que no lo pueden atender sin hora. Yo le doy la hora, pero usted no tiene Fonasa, tiene que pagar particular. ¿Que fué lo que le pasó? Mire voy a ver qué puedo hacer por usted.. No hay especialistas a esta hora. Tendría que volver antes de las 8, a esa hora se empiezan a entregar los números. No, se atiende a los primeros 20 no más. Así es el sistema. A ver espéreme.  Deme su rut. Anda con suerte, voy a ver si es que puedo hacer algo por usted. Le tocó la buena suerte de que hoy yo estoy de turno. Tome asiento, lo van a atender. Pero tiene que esperar.

Chile es un mal chiste.
Cuando a uno le asaltan y pone una denuncia, los pacos te piden los datos del ladrón.
Cuando trabajas para el Estado, éste se demora más que nadie en pagarte y evita a toda costa contratarte.
Explotan puentes y no se caen.
Entra gente al hospital a punto de morir y el sistema es más importante.
Entran asesinos a delatarse y los dejan en libertad.
Son historias reales de mi Chile Surreal.
Historias donde la burocracia y el sistema están por sobre la lógica, el humanismo y el prójimo.
Historias que nos hablan de un sistema intolerable e inhumano; de la autoridad investida desde el artículo primero del inciso cuarto del párrafo tres punto dos del código setecientos cuarenta y ocho; y de la indolencia de una educación que se encarga de enseñar a repetir, cumplir y obedecer,  pero nunca de enseñar a pensar, a  sentir, a criticar y a preguntarse por lo que pasa al rededor, por lo que es justo, por lo que es urgente, por lo que es lógico y por el bien común.
Es el sin sentido común chileno. Más común que lo que quisiéramos.



Por un verano sin polera


Lo que está de moda: gimnasios, clases de baile, dietas y corcheteos de guata. Toda una sociedad insatisfecha con su cuerpo- después de comérselo todo en el 18 más largo de la última década- intentando desesperadamente bajar de peso para pasar un "digno" verano sin polera.
No es simplemente un tema de vanidad o de salud, como lo promocionan. Ser gordo en esta sociedad es como ser la maleza del jardín o como un garabato entre formas perfectas. Es un atentado al paradigma de la belleza.
Modelos raquíticas, tallas standard, teleseries que muestran la anécdota de ser una "gorda bella".
La industria de lo flaco es tan monstruosa que alimenta un exceso mucho mayor que el de comer a destajo: la insatisfacción personal, la baja autoestima y el dolor de no querer tu propio cuerpo... de no querer ser quien eres.

No hay nadie, por más flaca que sea, que en algún momento de su vida no se haya sentido gorda.
"Guatona" es sin duda una ofensa. Y grave. Y ante la feroz competencia, adelgazar se vuelve un imperativo más de la sociedad de consumo.
No consigues pega si estás gordo. Te miran feo si eres gordo. Estás soltero si eres gordo...
¿Y qué es ser gordo?
Nadie piensa que la maleza del jardín muchas veces es la hierba que nace para curar tus enfermedades; de hecho la filosofía herbolaria dice que todo lo que necesitas para estar saludable crece en tu jardín. Nadie ve en un garabato hecho entre formas perfectas la expresión máxima de la creatividad. 
Mucho se habla de la tolerancia y de la diversidad en este país, pero nadie quiere ni respeta a los gordos. Los gordos, si no fuera por Botero, estarían condenados al infierno.
Sin embargo, toda la iconografía infernal está siempre llena de flacos, de figuras calavéricas; mientras que en el cielo, los querubines rollizos abundan con miradas y sonrisas de gordos felices.
En otros tiempos, el paradigma de la belleza no era la rubia platinada de ojos claros y cuerpo de Barbie que la ridícula sociedad chilena aspira ser. Al contrario. La rolliza Venus de Milo era el símbolo máximo de la fertilidad y gozaba de numerosas adoraciones y "la gordura era parte de la hermosura"...
Yo digo que tengo un cuerpo creativo.
Ocupo un gran espacio en este mundo.
Eso no me hace ni más fea ni más linda, simplemente me hace diferente. Y eso es algo que me agrada.
Tengo también el derecho de vivir un verano sin polera.
La pregunta es ¿porqué debajo de la polera tiene que haber siempre lo mismo?
Hago una invitación a sorprenderse.
A cambiar el paradigma de la belleza.



Y cómo andamos por casa?


Venía en la micro un mocoso como de 12 años con cara de demente.
Rubio, de cejas tupidas, con uniforme de colegio cuico y corte de pelo militar.  Estaba inquieto y tenía una mirada terrible.
Hablaba solo a pesar de que a su lado estaba su hermano menor.
Cantaba....  "la violencia comienza con los pacos de mierdaaaa, con los pacos de mierdaaaaaa!"  
Cuando tocó el timbre, empezó a despegar los stickers de la ventana... toda la micro lo miraba, pero él intimidaba a todos con esa mirada demencial.
Abrieron la puerta y agarró de un ala a su hermanito chico y casi lo bota de la micro.... Ahora salta!, le gritó.
"La violencia comienza con los pacos de mierdaaaa, con los pacos de mierdaaaaaa!" .... 

A ese pendejo nunca en su vida le ha pegado un paco, pero estoy segura que tanto para él como para su hermano menor, la violencia no comienza con los pacos de mierda. Comienza en otra parte.