primavera


Llega el calor de a poquito.
El chaleco ya no va puesto, si no que va en la mochila: para la vuelta.
La lana se cambia por la camiseta de panty y uno no se caga tanto de frio si sale en la noche. De hecho, los letreros happy hour de los bares capitalinos, comienzan a llenar sus terrazas...
Ctambien comienzan los primeros asados al aire libre y suenan pajaritos...
Los ciruelos, almendros y las flores llenan de colores el patio y el sol sale antes y se pone más tarde.
Comienzan las alergias, los resfríos y los gangozos. El fantasma del plátano oriental capitalino.
El vendedor ambulante cambia los chocolates invernales por los pañuelos desechables o helados a 100. Las sopaipillas de a poco comienzan a extinguirse y el olor a pipí del baño público hede cada día con más fuerza.
Aun así, es rico caminar a la hora en que se pone el sol.
Esa contaminación de la que todos reclamamos tiñe de un rosa intenso las nubes al atardecer...
Esos modernos edificios del centro con espejos que reflejan los otros edificios no modernos sin espejos con esas nubes de fondo.
La gente anda más contenta, se desabriga. La bufanda, la parka, el abrigo, el gorro y el guante, son tiempo pasado... tímidamente aparece una que otra chala y los hombres andan medios desesperados porque después de tanto frío y abrigo, comienzan a aparaecer las minis y los escotes femeninos.

La gente piensa en el amor.
Debe ser que que el 18 inicia con sus cuecas uno de los periodos de celos humano... o tal vez que en el cielo se ven más estrellas y menos nubes, y andamos pensando en ellas.

Pre pimavera.
¿No es la primavera incipiente una linda época?
me dan ganas de tener vacaciones....
¿por qué han de ser en enero? cuando no sé si hace más calor de arriba para abajo o de abajo para arriba, donde el pavimento arde, donde no existen las sombras, donde la gente anda aletargada y sin nada que hacer, donde desearía andar en pelota porque hasta la piel me da calor, donde el olor a pipí si que es hediondo...

Si yo tuviera vacaciones de primavera, de seguro descansaría y sería feliz...
Saldría a pasear por Santiago con chalas, me comería un helado sentada en un banco tratando de descubrir las banderas chilenas rezagadas en los edificios y luego, me pararía en Santa Rosa con la Alameda a la hora del atardecer....

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