“DIVIDE ET IMPERIA”

Desde los romanos a Maquiavelo, todos los poderes fácticos han ocupado la máxima del "dividir para gobernar" como uno de sus lineamientos principales.


En la sociedad contemporánea, el arma que ocupan para implementarla es la neutralización de la opinión pública a través de la alienación y de la entretención, cuyo símbolo emblema vendría a ser la fastidiosa tele.
Así, por años las generaciones estuvimos dormidas, divididas y sin una voz común. 
Y los poderosos gobernaban a esta masa muda a través de la implementación de un sistema desigual que, basado en el capital, la competitividad, el arribismo, la envidia, el éxito y el mercado, transforma a cualquier persona en tu enemigo. Por años, ellos unidos usufructuaron de nuestro trabajo, nos vendieron la publicidad de la igualdad y la alegría, se aprovecharon de la ignorancia y la necesidad y abusaron del magno concepto de la democracia.. 

Y ha de saber Dios cómo pasó, pero Chile de repente despertó.
Gracias a las marchas por la reforma educacional y la defensa de la Patagonia, hoy en día  Chile está al borde de ser un país “ingobernable”, dicen algunos.
Políticos en su mayoría.
Sin embargo, mi percepción es que estamos en un momento donde la tortilla se quiere dar vuelta, una especie de mundo al revés donde son los políticos esta vez, la clase poderosa e influyente del país, quienes están dividos entre sus opiniones y al interior de sus propias bancadas, mientras en la calle, el pueblo unido marcha cantando a una sola voz que la democracia es el ejercicio de la soberanía popular.
La división política, y por su puesto su soberana incompetencia y frescura, le ha dado poder a la voz del pueblo. Y el estado ingobernable, lentamente se transforma en un poder.
Así fue como la opinión pública, tal como lo señala Chomsky, venció al carerrajismo criollo y le impidió a los distinguidos diputados de la república gastarse 60 millones de pesos en regalarse ipads para "legislar".
Vamos por ancho camino.
Estemos unidos contra los estados unidos.