Que resucite el amor.


No entiendo cual es el gusto de celebrar la cruz.
El viernes santo lejos es el día más gore del año. Narran siempre la historia  de la muerte, de un Cristo crucificado que nos mira sangrante y de alguna manera nos hace sentir culpables. La Iglesia fomenta el gore, no la historia de un hombre que se inmola y deja que lo torturen por un ideal. No le conviene un Jesús revolucionario, enamorado, creyente, que muere en manos de una justicia injusta, de asesinos sanguinarios, tras la tortura colgando de un poste en la mitad de un cerro, pero que al tercer día aparece con mensajes de paz para todos ....

Y abundan las imitaciones gore criollas a las afueras de las Iglesias reproduciendo cada año su martirio, hombres inmolados cada viernes santo vestidos de crucificados, que luego se visten de conejos de pascua para repartir chocolates entre sus hijos. Porque el domingo Santo celebramos la resurrección con esa extraña e incomprensible metáfora de los “huevos del conejo”, una poética imagen inventada por algún maestro chocolatero...
Y van todos los supers cambiando los abarrotes por huevos y las carnes por pescados, y métale llenado el carrito con canastitos con chocolate, porque para más remate los huevos vienen en canastito....huevos de chocolate mitad cacao y mitad caca.

Y asi pasamos el fin de semana santo repitiendo las extrañas costumbres de celebrar la sangre y festejar el comercio, y nadie sabe qué hacer el sábado santo, cuando es el día de la fiesta más linda.

Ese sábado María Magdalena estaba llorando por la muerte del amor.
Y en el sepulcro, aún de noche y con el corazón destrozado, dos ángeles se le aparecieron llenándola de luz, y junto a ellos venía "el galán de la comedia", que sin haberse ido todavía a los cielos, estaba ahí, como un espíritu, para calmar su pena y devolverle la fe.
Cómo sería la alegría de esa Mujer al verlo, esa misma que lloraba a oscuras y en silencio por el amor más inmenso, tenía el corazón bailando otra vez...
Le pidió que no lo tocara, pero que anunciara su regreso.Y más de ese momento sólo Dios sabe.
Aunque pienso que si tuvo una última cena con sus amigos, debe haber tenido también una despedida con Magdalena. Y lo mejor de las despedidas, son los reencuentros.
“Paz a vosotros”, le anunció el superstar  a sus amigos y Tomás, que no sabemos donde andaba, tuvo que esperar una nueva aparición  para creer las visiones  de la borrachera de sus amigos en un Quitapenas tras el funeral...
No estaba resucitado, pero estaba vivo para aquellos que creían en su milagro.
Creer para ver es el mensaje del sábado santo. Una noche donde lloran las Marías Magdalenas pero también resucita el amor.
Y para verlo, solo hay que creer en eso.
Y la Paz será para vosotros.

Me voy a la fiesta! 



(Ay, si Cristo hubiera fundado su Iglesia sobre una mujer las cosas serían distintas....)



1 comentario:

val dijo...

si toda la religión hubiera tomado otro camino... otro gallo cantaría. tal vez tbn me sumaría