Mountain Bike


Como el el cerro hay que ir a comprar pan ha un par de kilómetros, si uno está apurada por cocinar el puré, tengo que ir en bici a comprar leche al negocio.


Yo la evito, porque me agrada más caminar, pero las bicis nacieron para dias como este.
Mientras esquivaba las pozas, los hoyos, las ramas de la berma de campo, jugaba a arrancar de los camiones y miraba el paisaje al rededor, comprendí que no tiene ni un sentido andar en bici aquí, porque para la montaña hicieron bicicletas especiales: las mountain bike.


De perrogrullo, pero yo que crecí en la ciudad, en el arribismo de la ciudad y todos mis compañeritos citadinos tenían mountain bikes en las navidades, no le encontraba ni una utilidad a tanto amortiguador y cambio incomprensible, que en el pavimento plano sólo eran parte de una estética rococó en el diseño sofisticado de una simple bicicleta...


Compré el pan y la leche, y a la vuelta, ahí en medio de los cerros gigantes, verdes recién bañados con el aguacero de la noche y blancos de nieves los más alto, yacía yo paseando mirando los membrillos y los caballos, escuchando a lo lejos el trinar de los pajaritos y la imagen de la vaca que se quedó disfónica de tanto mujirle a la lluvia....

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